Disculpen la pausa tan larga en escribir este blog. Comencé a poner mis hilos de carpintería en Mastodon y dejé olvidado este lugar. Pero bien, prosigamos.
Dos mesitas de noche:
- Parte 1: Preparar las piezas
- Parte 2: Marcar las patas
- Parte 3: Los cajones
En la parte 2 hicimos las patas para una de las mesitas. Ahora va el cajón.
Estoy viendo que no tengo tantas fotos del proceso como quisiera, pero ojalá lo siguiente sirva.
Las cuatro tablas del cuerpo del cajón tienen que quedar muy bien escuadradas. Aquí me fui un poco chueco con el serrucho, según la marca del cuchillo:
La arreglé con la chancla, el cepillo pequeñito. Primero se lubrica (yo uso grasa de tocino clarificada), y se cepilla con cuidado hasta llegar a la línea:
Hasta que queda bien escuadrado.
Con el gramil se marca el largo de las colas de milano en uno de los extremos de la tabla que va a ser el frente del cajón, y con escuadra falsa se trazan las colas. Luego, se marca el largo de las colas con el gramil sobre las tablas laterales.
Ahora, al revés. Se transfiere el grosor de las tablas laterales a la tabla del frente del cajón.
Ahora, con la escuadra, se marca el largo de las colas a partir de las diagonales marcadas en el extremo.
Marcamos las partes que van a ser basura y podemos empezar a cortar. Como siempre, se empieza el corte del serrucho siguiendo las líneas en dos planos: ambas líneas se intersectan y determinan un plano en el espacio, que es el plano de la hoja del serrucho.
En la última foto, los cortes en las diagonales se pasan de la línea. No importa; no se van a ver, pues quedan por detrás de la parte frontal, y así se facilita después el corte con formón.
Ahora vamos a escarbar las colas de milano con un formón. Se hace poco a poco, desde el extremo hacia adentro, con cuidado para no romper la parte más estrecha de la tabla.
Hay que transferir la forma de las colas a las tablas laterales. Para facilitar el trabajo, conviene tener un tope en las tablas laterales para acomodar la tabla frontal encima. Ese tope lo hago sacando un pequeñísimo escalón en el extremo de las tablas laterales. Se pone una tira de madera, se marca con cuchillo, se quitan las esquinas y se rebaja el escalón con un guillame.
Aquí es donde me faltan fotos. No tengo imágenes de cómo se hace descansar la tabla frontal sobre ese escalón de las laterales, pero es ahí donde se marca con cuidado la forma de las colas de milano. Igual, se serruchan y luego se saca el desecho con formón.
Todas las tablas requieren una ranura para la tabla delgadita del fondo del dajón. Esa ranura se puede acomodar adentro de la cola de milano de hasta abajo.
Ranurando la tabla frontal:
Ranurando una tabla lateral:
Cómo sostener la tabla para ranurarla, con un tope y un clavito:
La tabla del fondo del cajón casi lista para entrar en la ranura:
Ya se puede armar el cajón, pero luego hay que escuadrarlo. Primero lo armamos y pegamos:
Y con las reglas de enderezar, se ve si el cajón está torcido. Lo está un poco; lo cepillamos con cuidado para no astillar las tablas transversales.
Ya podemos poner el cajón en sus rieles y probar la altura. Donde le sobre, se rebaja con el cepillo.
Al fondo de los rieles se pegan bloquecitos de madera que va a servir como tope. Cada tope se ajusta de forma independiente, rebajándolo poco a poco con formón, hasta que el frente del cajón quede alineado con el frente de la mesa.
Fíjate en los rieles; abarcan el ancho interno de las patas y no le dejan nada de juego al cajón. El chiste es que entre lo más derecho posible, sin espacio para que entre sesgado — si sólo puede entrar derechito, no se va a atorar.
Sobre los topes... aquí está el cajón metido hasta el fondo, y sobresale del frente de la mesita:
Rebajamos el bloquecito de cada lado...
... hasta que todo el frente del cajón queda alineado y al ras.
Ahora hay que preparar el fondo del cajón, para que quepa en las ranuras. Queremos que quede así:
Esos rebajes inclinados se hacen inclinando el cepillo:
Con un poco de cuidado, queda derecho. O primero se puede marcar con lápiz paralelo al borde. No tiene mucha importancia, porque es un lado que no se ve.
La parte de atrás sobresale. La marcamos y cepillamos al ras.