Dos mesitas de noche:
- Parte 1: Preparar las piezas
- Parte 2: Marcar las patas
- Parte 3: Los cajones
Hace unos años hice una mesita de noche para mi esposa. Siempre tuve la intención de hacer una para mí y otra para mi hija... y bueno, ocho años después empiezo a hacerlas.
La mesita original no tiene cajones, pero estas dos nuevas sí van a tener, uno cada una.
A lo largo de los días pasados he estado preparando la madera para todas las piezas principales; los cajones irán al final, pues las medidas del cajón salen del espacio que quede ya que el resto esté armado.
Tengo unos tablones de cedro aromático que quiero usar para las patas y para las piezas del cajón, para que al abrirlo siempre huela bonito. Los travesaños van a ser del mismo cedro; las superficies de unas tablas muy lindas de caoba que tengo por ahí.
Los tablones ya estaban cuadrados. Mi intención original era usarlos para una ventana, pero cambiaron los planes. En fin, así me ahorro el trabajo inicial de cuadrarlos.
Las patas
Primero puse el gramil a 1.25" para las patas. Las mesitas son cuadradas, y también quiero patas cuadradas. Se marca a lo largo del tablón.
Serruché lo más cerca posible de la línea, a 1 ó 1.5mm, para luego tener poco qué cepillar. Se alínea el serrucho con respecto a las dos líneas en una esquina; como dos líneas que se cruzan en el espacio determinan un plano, ese es el plano que seguirá el serrucho. Volteo el tablón regularmente, digamos después de serrucharle cada 10cm, y lo serrucho desde el otro lado para que se mantenga parejo.
Por cierto, este serrucho para corte longitudinal es una delicia. Lo afilé hace poco y le suavicé las curvas del mango, entonces es muy cómodo de agarrar. Tengo que hacerle lo mismo al mango de mi serrucho grande de corte transversal. Aquí están ambos, el de corte longitudinal arriba y ya suavizado, el de corte transversal abajo. Nótense las esquinas que llegan a lastimar.
La tira de madera que corté, la guardo, y prosigo a enderezar el canto del tablón con la garlopa. Como el corte estaba bien alineado, sólo con unas pasadas del cepillo queda derecho. De todas formas lo checo con escuadra.
Esto se repite para cada una de las 8 patas. A la mitad del proceso tengo que afilar la cuchilla de la garlopa... entre que pierde su filo y que uno se cansa, la afilada es una buena pausa. Se afila y se pule sobre cuero...
... hasta que el bisel queda lindo y brilloso.
Ahora bien, el grosor del tablón no es igual al ancho que quiero para las patas. En cada pieza, cepillo la cara recién cortada y luego marco todo alrededor con el gramil para el grosor final.
Así quedan las 8 patas, a las que nada más les falta cepillar la última cara.
De las tiras sobrantes, puedo usar las más gruesas para sacar los travesaños.
Ahora falta cepillar la última cara de las patas. La forma más rápida que encontré es primero un corte grueso con el cepillo, y luego un corte fino con la garlopa. Como las patas ya están marcadas todo alrededor con el gramil, sólo hay que cepillar hasta la línea; ni siquiera hay que revisar con la escuadra.
Por fin, 8 patas listas para trabajarse. Imagínenme bañado en sudor y con brazos como de Dragon Ball.
Travesaños
Las mesitas tienen dos tipos de travesaños: unos estrechos para la parte inferior, y unos anchos para alrededor del cajón.
Los estrechos no tienen problema; ya están cortados, pues salieron de las tiras sobrantes de las patas. Nada más se alisan con el cepillo de acabados.
Los travesaños anchos funcionan como faldones de la mesita. Las tablas que tengo son más gruesas de lo que quiero, entonces marco el grosor con el gramil y primero les cepillo un bisel hasta la línea. Así no se astilla la madera al cepillarlas de forma transversal — lo que es la forma más rápida de adelgazar las tablas.
Frentes de cajones
Abajo de cada frente de cajón, queda otro travesaño. Quiero que la veta de la madera se conserve entre cajón y travesaño, entonces corto ambas partes de la misma pieza. Les dibujo triángulos con lápiz para mantenerlas siempre bien orientadas.
Por cierto, esas piezas son más gruesas que los travesaños delgados. Para poder usar ambas manos en el mango del serrucho, se me hizo cómodo sostener la madera al banco de serruchado con unos sargentos.
Todas las piezas
Y bien, he aquí el resultado de tres días de serruchar y cepillar y serruchar y cepillar y serruchar y cepillar.
Mañana comienzo con los ensambles.
Me sirvió mucho lo que leí por ahí, de terminar todas las operaciones iguales antes de pasar a una diferente. Hacer todas las marcas iguales, luego serruchar todos los cortes iguales, luego cepillar todas las caras iguales, etc. Sí que se avanza más rápido que al hacer cada pieza de forma individual.